MANERAS DE HACER MUNDOS. GOODMAN, Nelson
Nelson Goodman, filósofo, profesor emérito de Harvard, dedicó una gran parte de esta obra a contestar a las distintas reaccioness que había tenido su Ways of worldmaking (1976). La obra debe entenderse, pues, desde ese trabajo anterior.
Se reafirma aquí en sus planteamientos, matiza las contestaciones e ironiza sobre algunas formas de comprender sus propuestas. Este carácter de respuesta, al que hay que añadir su origen recopilatorio, hace que la obra se resienta en la unidad de su desarrollo, pero también que gane en variedad tematica.
El núcleo del pensamiento de Goodman lo podemos comprender a partir de la siguiente cita:
Es cierto que en Maneras de hacer mundos y en otros lugares he afirmado que las formas y las leyes de nuestros mundos no se encuentran ahí, ante nosotros, listas para ser descubiertas, sino que vienen impuestas por las versiones-del-mundo que nosotros inventamos -bien sea en las ciencias, en las artes, en la percepción y en la práctica cotidiana-. Cuestiones tales como si el mundo está formado por partículas o por ondas de los fenómenos, o cómo se mueve la tierra, se determinan mediante un laborioso proceso de invención y no a través de la observación pasiva. La especie no está ya prefijada, configurada por espacios infranqueables de dictados inexorables de la naturaleza, sino que depende el peso relativo que ponemos sobre ciertas características, de acuerdo con algunos intereses científicos específicos. La pugna entre el uniformismo y el catastrofismo -sobre si un cataclismo viola o no una ley de la naturaleza- no es una cuestión acerca de si la naturaleza obedece o no a las leyes, sino que se refiere a qué generalizaciones formulamos y consagramos como leyes. Las ciencias y las artes no son espejos que muestran la naturaleza, sino que la naturaleza es, más bien, un espejo que muestra lo que son las artes y las ciencias. Y los reflejos sobre el espejo son muchos y diversos (pp. 43-44)
Todos los intentos de dar respuesta a qué es el arte acaban en confusión.
Esto puede deberse a que la pregunta no sea la adecuada. Para llegar a una conclusión sobre el papel del simbolismo en el arte habrá que reformular el problema y recurrir a estudios sobre la teoría de símbolos.
Los símbolos son extrínsecos a la obra de arte. Siendo así podríamos calificar como simbólicas las obras de arte representacionales, y como no simbólicas aquellas carentes de temática.
Según muchos críticos y artistas contemporáneos es importante aislar la obra como tal de aquello que simboliza.
Siendo así nos encontramos ante un dilema: o aceptamos esta postura purista y afirmamos que el contenido de algunas obras carece de importancia, o rechazamos esta propuesta y aceptamos que la importancia no sólo reside en lo que una obra de arte es, sino además en todo un conjunto de cosas que no es.
Las obras artísticas no sólo forman nuestro gusto estético, sino que también contribuyen a nuestra comprensión-construcción del "mundo".
Otro de los libros que estoy "ojeando" para mi proyecto.
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